Thursday, June 28, 2007

Varada en el laberinto de la soledad.


Desde aquel fatídico día que caí en este agujero se me ha hecho imposible salir del laberinto de la soledad.
He caminado días enteros entre estas paredes sin poder encontrar la salida.

Un día de aquellos en los que mis pies no aguantaban un paso más, un ser de carne y hueso se acercó a mi y caminó a mi lado por el laberinto. Al parecer también se había caído por el agujero. Lo abracé para recordar qué se sentía. Disfruté su calor aún teniendo aquel presentimiento latente que me pronosticaba nieve y mucho frio. Caminamos juntos.

Había transcurrido poco tiempo en el reloj de mi cabeza cuando sentimos la presencia de la sombra de la duda y el miedo.
Nos persiguió por mucho tiempo segura de poder atraparnos. Corrimos. Le pedí detenernos para enfrentarla y desaparecerla. Me detuve. Él decidió seguir huyendo y la sombra siguió tras él.
... y me quedé varada en medio del laberinto de la soledad, esperando algún día encontrar la salida y siempre en asecho de la maldita sombra de la duda y el miedo para destruirla de una vez por todas y evitar que muchos sigan perdiendo su libertad.

Tuesday, June 12, 2007

Mis alas brillantes de mariposa soñadora

Ayer soñé que me convertí de oruga a mariposa. Mis alas eran hermosas, de colores vivos y brillantes. Al verlas sentí un deseo imperativo que me obligó a volar y mostrar orgullosa mis alas al viento, desafiándolo. Volé muy alto. Vi un grupo de mariposas volar a lo lejos. Pude ver que todas eran color naranja. Se fijaron en mi y al ver que mis alas eran de muchos colores y muy brillantes inmediatamente se alejaron. Seguí avanzando y divisé otro grupo de mariposas. Apresuré el vuelo y me acerqué a ellas. Todas eran color azul. Al igual que el otro grupo, me miraron y se alejaron. Yo decepcionada decidí volar más alto, donde no pudiera encontrarme ninguna otra mariposa monótona. Alcé vuelo y subí lo más alto que pude. Me encontré de frente con un remolino de viento. No pude evitar ser arrastrada por él. Di vueltas y vueltas hasta ver todo negro.

Cuando recobré la vision me encontraba en un lugar desconocido. Al paso de unos minutos me sentí con fuerzas para volver a volar. Volé. Vi a lo lejos otro grupo de mariposas. Me acerqué. Para mi sorpresa todas las mariposas eran de muchos colores y muy brillantes. Me sentí bien. Me uní a ellas. Volamos juntas hasta donde el viento nos quizo llevar, dispuestas a parar y volver a volar donde el viento nos quiera llevar, sin importar la dirección o el clima.